
Pero la entrada de The Gift (ya la sala llegaba a un poco más de dos tercios) hizo que todo el mundo enloqueciera, el sonido (dirigido por un técnico propio) se hizo perfecto, Sonia entregadísima no paraba de bailar, saltar y darlo todo con su voz.
He visto a los The Gift una cuantas veces y siempre su espectáculo es diferente, a veces íntimo y delicado, otras muy equilibrado, y otras, como anoche, mostrando su música más bailable.
No hay comentarios:
Publicar un comentario